jueves, 29 de marzo de 2012

De libros, cultura y muertes anunciadas

Estaba escuchando al presidente de la "Cámara argentina del libro" en una entrevista radial que se ha compartido profusamente en las redes sociales, y entiendo que esta cuestión pueda parecer un debate menor porque económicamente efectivamente lo es, y porque lo que busca desde ese punto de vista es elogiable en tanto no es sólo una medida con objetivo de balance de saldo, pero francamente me parece que encarar este tema haciendo el centro en los números es un error, que supongo aún se está a tiempo de corregir, o de encaminar con sentido común.

Francamente me fastidia un poco la tendencia a la alineación inmediata de algunos amigos y compañeros de ruta: algunos asumen que si lo hizo el gobierno es un desastre que preanuncia una catástrofe, expertos como son en exégesis de oscuras intenciones, y otros asumen que si lo hizo el gobierno entonces lo seguro es que hay excelentes motivos detrás, y que los anteriores, infames como son, esconden. Y esto a mí me parece más simple: parece un error, y ya está. No es grave desde el punto de vista del rumbo o el balance del rumbo, pero conceptualmente, por la información hasta ahora disponible, sí lo es. Espero que lo corrijan, sin más aspavientos.


Eduardo Santos, un amigo feisbuquero, elaboro el siguiente informe, que es de lo más exhaustivo que me encontré, además de que intenta no simplificar ni poner humo por delante de la cuestión:

En estos días he visto muchos comentarios a este respecto, incluyendo el de una amiga que estaba cerrando su cuenta en Amazon y no recibía una revista extranjera a la que se hallaba suscripta. Voces que indican que hay que apersonarse en la Aduana del Aeropuerto Internaciona de Ezeiza y pagar tributos del 50% sobre el valor de compra declarado de los impresos recibidos. Como me pareció una ridiculez, y algo conozco de las ridiculeces argentinas, me puse a investigar un poco sobre el tema. Sepan disculpar la extensión.Todo esto surge debido a que la FEDERACION ARGENTINA DE LA INDUSTRIA GRAFICA Y AFINES (FAIGA), efectuó una presentación ante la Dirección de Lealtad Comercial, en la que consideraba "necesario y conveniente solicitar el establecimiento de mecanismos de control tendientes a eliminar los peligros derivados del uso de tintas con altos contenidos de plomo, en productos gráficos."

Entiéndase con esto que es la entidad que nuclea a las empresas gráficas argentinas la que se presenta ante el Gobierno Nacional a fines de solicitar medidas para evitar la entrada al país de impresos con altos niveles de plomo en sus materiales de impresión. Con fecha 26/11/2010 la Secretaría de Comercio Interor dicta la Resolución 453-2010, cuyo Art. 1º reza:
"Artículo 1º — Los fabricantes nacionales, importadores, distribuidores y comercializadores de tintas, lacas y barnices empleados en la industria gráfica, deberán hacer certificar para los productos mencionados, la condición de poseer un contenido de plomo inferior a 0.06 gramos por cien gramos (0.06%) de masa no volátil, aplicando la
norma ASTM 3385." http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/175000-179999/175709/norma.htm 
(Nótese que no se habla de productos ya impresos, sino de los materiales para su impresión.)
Con fecha 28/02/2012, la Secretaría de Comercio Interior emite la Disposición 26-2012, cuyo Art. 3º reza:
ARTICULO 3º — Aclarar que el listado de productos alcanzados por la obligación establecida en el Artículo º de esta Disposición se limita a los siguientes:
- Tintas de imprimir, incluso las concentradas y las sólidas, salvo las tintas de seguridad para impresión de papel moneda, las cuales quedarán exentas de cualquier tipo de tramitación en el marco de esta Disposición.
- Lacas y barnices destinados a la industria gráfica.
http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/190000-194999/194533/norma.htm
En su artículo 10º la misma norma establece:
ARTICULO 10. — Determinar que a los efectos de dar cumplimiento al régimen de certificación establecido por la Resolución S.C.I. Nº 453/2010, los responsables de lotes conformados por pequeñas cantidades de los productos gráficos identificados como Libros, entendiéndose como pequeñas cantidades aquellas menores de QUINIENTAS (500) unidades mensuales de ejemplares, de igual título, formato, cubierta y número de páginas, que se fabriquen en el país o importen, sólo deberán presentar una declaración jurada, que contenga la siguiente información:
Descripción del producto
Cantidad de unidades impresas / importadas:
Posición arancelaria
País de origen
Razón social del Fabricante nacional / Importador:
Domicilio legal
C.U.I.T.
I.S.B.N.

Esto sí implica la importación comercial de libros y revistas, los que entrarían dentro de las restricciones de no cumplir en su material de impresión con la norma ASTM D 3335-85a. Dicha norma reglamenta el Estándar para el Testeo de Plomo, Cadmio y Cobalto por Espectrografía, es una norma del año 2009 de la Sociedad (Norte) Americana de Pruebas y Materiales, el equivalente yanki (y quizá global) de nuestro IRAM-Instituto Argentino de Normalización y Certificación, cuya normas IRAM NM 300-3  es homóloga a la precitada, y a la EN 71-3 europea.

Tenemos, entonces, una serie de normas y protocolos no solo nacionales sino internacionales que establecen niveles de metales pesados en los impresos que se importan hacia o exportan desde el país. Tenemos los entes verificadores y certificadores (el INTI) Las normas no son de ayer, la IRAM NM 300-3 es de 2003, la ASTM D 3335-85a. es de 1985 y se encuentra actualizada al 2009, el Ministerio de Salud de la Nación prohibió mediante la Resolución Nº 7 de fecha 13 de enero de 2009prohibió la fabricación, importación para consumo,  comercialización y entrega a título gratuito de pinturas, lacas y barnices, que contengan más de 0,06 gramos de plomo por cien gramos (0,06%) de masa no volátil. ¿Dónde está la traba, si los impresos vienen hechos con materiales ajustados a normas internacionales?
La AFIP-Administración Federal de Ingresos Públicos, informa por su parte para el caso de recepción de envíos postales particulares de impresos, en http://www.afip.gob.ar/aduana/envios.asp#encpart la normativa aplicable (Código Aduanero, Art. 554), y detalla: Encomiendas particularesFranquicias. Para las encomiendas particulares existen diferentes franquicias:   Hasta u$s 25: Los envíos cuyos valores sean de hasta U$S 25 estarán exentos de tributos a la importación. Esta exención espor persona y una vez por año calendario. Entre u$s 25 y U$s 999: Estos envíos abonarán un tributo único del 50% sobre el excedente. Más de u$s 999: Los envíos que superen los u$s 999 deberán seguir el tratamiento de "Envío Comercial" y se le aplicará el tratamiento del Régimen General. Los envíos postales que carezcan de finalidad comercial no se encuentran sujetos a prohibiciones de carácter económico (Código Aduanero , art. 555).
Como vemos, cualquier impreso del "primer mundo" debería poder ingresar sin mayores inconvenientes al país, dado que (se supone) cumple con las normas internacionales en los materiales empleados para su elaboración.La pregunta del millón es qué intereses mueven a FAIGA, la entidad que nuclea a las empresas gráficas argentinas, y quiénes la nuclean. Basta con mirar el padrón de la misma en http://www.faiga.com/inside/emp/empresas.php y empezar a encontrarse con algunos nombres más que sugestivos, que incluyen a las empresas propietarias de los principales diarios argentinos, desde Clarín a Página/12, desde Tiempo Argentino a La Nueva Provincia.

Resumiendo:
  • El Estado no prohíbe la entrada de libros y otros impresos con materiales bajo normas de elaboración internacionales. 
  • Los impresores promueven la aplicación de dichas normas. 
  • Algunos de ellos "informan", por los medios de comunicación que manejan que el Estado, haciéndose eco de su pedido (cosa que no dicen), implementó esas normas. Y que a causa de eso ahora no podremos leer Hola! o Playboy, o comprarnos la edición en idioma original del último libro de Umberto Eco. 
  • Gataflorismo a cuatro colores de algunos impresores, que le llaman.  
  • Falta de información clara y oficial al respecto, no hay dónde informarse sin revolver las normas. Y el perínclito Secretario de Comercio no hace sino echar nafta al fuego con sus declaraciones.  
  • Seguramente algún vivillo en las Aduanas nacionales estará intentando hacerse su Agosto percibiendo tasas que no corresponden por la recepción de material impreso del extranjero. A veces, en las "batallas por el modelo", se dan palos de ciego. O para hacer pisar el palito al "enemigo" se termina haciéndole el juego.

Y, Horacio González, escribió "Esta medida puede repensarse" en la Revista Eñe:

Puedo citar una frase de Oscar Masotta de los años 60, en la que decía que "las noticias respecto a mi fallecimiento son considerablemente exageradas". Hay un problema con la balanza comercial y estamos ante los inicios de una discusión sobre la necesidad de que el parque industrial gráfico de la Argentina adquiera mayores posibilidades de expansión, y sus acciones editoriales tengan mejores opciones y calidades.
Sin embargo, los libros no son electrodomésticos, cada uno es insustituible, un libro no reemplaza a otro, por lo que esta medida aduanera, tan poco significativa desde el punto de su importancia económica, teniendo una repercusión cultural desfavorable inversamente proporcional, en mi opinión puede repensarse, quitando los obstáculos que originan noticias "considerablemente exageradas" sobre el inverosímil "fallecimiento" del lector libre argentino.
¡Que tontería de último momento pensar que en el país hay émulos de Torquemada, Savonarola o algún santón trasnochado que quiera impedir la lectura de Flaubert, Proust o Tabucchi! Y aprovecho aquí para homenajear a éste último.


Dicen que Zorrilla le hizo decir a su Juan Tenorio: “Los muertos que vos matasteis, gozan de buena salud”. Lo ideal sería que los necios que abundan en la patria no sigan matando a los sanos, pero también no meterlos innecesariamente en el hospital para que parezcan moribundos. Lo que haya que hacer, hay que hacerlo sin miedo, porque está visto que algunos cuestionarán la acción del gobierno sin importar la dirección, y verán malas formas en cada acto. Pero un poco de cuidado, de medición de consecuencias, habrá que tener. Y hacerle un homenaje a la presidenta, y luego de ejecutar algunas medidas hacerles sintonía fina. Si los medios de comunicación propiedad de esas empresas que entre otras cosas se dedican al negocio de la información van a bombardear todo cuanto haga el gobierno, al menos que no parezca que tienen razón gracias a acciones que me sugieren cierta autocomplacencia. A estar alertas, que el 54% es sólido por mucho que se esfuercen en soñar algunos necios, pero eso no habilita a gestionar con displicencia.




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