lunes, 10 de diciembre de 2012

Sólo somos el muro que retiene el jardín

La gente está en la calle.
Hace apenas un mes muchos salieron en la ciudad a pararse enfrente al proyecto político que ejerce el ejecutivo.
Ayer, en cambio, muchos otros salieron en todo el país a revindicarlo.
Eso es muy bueno y destacable.
Y cuando el pueblo está en la calle las cosas pueden salir bien.

No es importante la estúpida discusión cuantitativa, lo importante es que el pueblo está en la calle, porque todos somos pueblo, los de antes, los de ahora, y los que vendrán.
Tampoco cuál trasunta alegría y deseo de comunión, y cuál no.
El año próximo las urnas (las únicas que mandan) volverán a definir quién gana la discusión por las cantidades.

Bailemos, riamos y disfrutemos, porque la democracia es, le pese a quien le pese.
Por mucho que quieran esconderla tras declaraciones tan altisonantes como falaces, la democracia está.

La democracia somos...




Esto es falso, esto es bueno y aquello rubio cobre.
Qué ciencia, hermanos, cómo saben todo eso.
¿No hay más azul, ni falso ni magenta que el sol del que los mira?
¿No florecemos, no estamos comprendidos entre los seres del reino -oh solipsistas, oh videntes, oh magos-?
Sólo somos el muro que retiene al jardín.

Eduardo Lizalde.

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