viernes, 11 de abril de 2014

El pasado respira

Lo decididamente surrealista de este "Paro general" es que, si soy generoso, en 100 piquetes realizados por los partidos de extrema izquierda se convocaron unas 5000 personas en total para "garantizar la concientización de los trabajadores"; si los juntáramos en "Plaza de Mayo", esta "movilización" daría más risa que la última manifestación que convocó Hugo Moyano. Este minoritario grupo nos imponen con violencia sus deseos a millones de trabajadores argent(in)os que deseamos ejercer nuestro derecho a trabajar.
Simultáneamente, disputándose el título de protagonistas, otros tristes hombres, a los que han escuchado hablar muy sueltos de cuerpo de "paro a la mentira y la soberbia", intentan desvergonzados "relatarnos" el éxito de su paro.

La inmensa mayoría de mis amigos y conocidos quería ejercer su derecho al trabajo, pero no pudieron. En parte por el "éxito" del paro de los transportistas que adhirieron (adhesión total garantizada en muchos casos mediante la coacción y la violencia), y en parte por los "cortes de ruta" que impedían la libre circulación con sus vehículos a quienes querían acudir a sus puestos de trabajo.
Lo concreto es que quienes convocaron al paro son los sindicatos opositores al gobierno (aprox un 25% de representación), minoritarios dentro del sindicalismo, y los que no adhieren son los sindicatos alineados con el gobierno. Para bien o para mal los datos son estos.

Entre los reclamos está el insólito pedido de paritarias (las que fueron restituidas por el actual partido de gobierno hace unos diez años y están en pleno desarrollo), el inefable reclamo por el no pago de ganancias, que sólo paga menos del 10% de los asalariados (el que, naturalmente, la inmensa mayoría deseamos pagar, pero no ganamos lo suficiente), y por la inseguridad (no está claro si piden mano dura, o endurecimiento de penas, al mejor estilo Le Pen).
Trabajo no pueden pedir porque la última medición de la tasa de desempleo fue del 6,4%, medición que absolutamente ninguna de las consultoras que se oponen al gobierno cuestiona.

De cualquier modo, podemos intentar sacar algo el limpio y positivo.
Escuchando por la tarde a los compañeros de la CGT opositora y la CTA opositora evaluando el paro por ellos convocado ante periodistas, a los que acusaban de serviles si les hacían preguntas incómodas, y entre tantas mentiras y manipulaciones de la realidad, se dijo algo cierto, de lo que tenemos que hacernos cargo.
Pablo Michelli habló de los impuestos, y si bien siguió con la mentira del impuesto a las ganancias, para sostener que el gobierno es malo malísimo, y que ellos no le hacen el juego a la derecha, dijo que pagan más los pobres que los ricos, y explicó que considerando el peso del IVA esto resulta así. Atribuyó la responsabilidad de esta situación al gobierno, lo que es claramente falaz. Pero si bien esto fue agravado durante la segunda y más infame de las décadas que algunos de los que estaban en la misma mesa que él celebraron, no fue suficientemente revertido durante esta última década.

Entonces me parece que hay que modificar la estructura impositiva argent(in)a de una buena vez, empezando paulatinamente -con evaluaciones trimestrales-, a darle más peso al impuesto a los ingresos (mal llamado Ganancias) y disminuyendo el IVA de manera sincronizada, aumentando las tasas altas de ganancias, mejorando la progresividad, y disminuyendo el mínimo no imponible.

Al menos un punto de lo que hoy se dijo, aunque algo manipulado, fue cierto, y sería sensato tomar nota de eso.




—¿Está el pasado tan muerto como creemos?
—nos interroga Ezra Winston, el viejo anticuario.
El pasado respira...



jueves, 10 de abril de 2014

Somos construyendo con la búsqueda

En mi condición de laburante, no sólo he participado, sino que he liderado paros en la defensa de los derechos de mis compañeros, y naturalmente de los míos propios. Sin embargo no adhiero, ni adherí nunca, a paros cuya motivación es político-electoral, aún entendiendo que todo paro es político, y que naturalmente todos tenemos derecho a hacer política según nuestras convicciones; pero convendremos que una cosa es hacer política a partir de la lucha sindical, y otra bien distinta es hacerlo con un sentido electoralista, y por tanto, partidista.
De modo que el próximo jueves, sepan que no me van a convencer de que vote a Massa, ni a Macri, ni a Altamira.

El jueves, yo junto con millones de trabajadores argent(in)os intentaremos acudir a nuestros trabajos, intentaremos humildemente ejercer nuestro derecho al trabajo. Si un grupo de fascistas nos corta las calles para que, ejerciendo violencia, no podamos ejercerlo con absoluta libertad, pretendiendo inmovilizarnos mediante el miedo, o si de algún modo nos impiden desplazarnos, me reiré en la cara de todos y cada uno de los que pretendan imponer "el relato" de un paro exitoso.

Estuve escuchando la propaganda del paro que en los canales de televisión hacen los sindicatos convocantes: les quería decir que paritarias hay desde hace unos diez años, que yo sigo sin pagar impuesto a las ganancias toda vez que no pertenezco a la élite de los trabajadores, y que es la primera vez en mi vida que escucho que la inseguridad es motivo de un pretendido paro general (hasta aquí siempre había sido motivo de marchas de clases medias asustadas).

Francamente sólo escucho palabras vacías: hablan de ajuste porque quizá, tal vez, este año por primera vez en una década los salarios podrían perder un dos o un tres por ciento frente a la inflación de bolsillo (no frente a la estadística, por cierto); hablan de devaluación cuando todos sabíamos que el tipo de cambio estaba atrasado, lo que empezaba a perjudicar seriamente a algunas economías regionales, y que por tanto había que sintonizarlo (y todos saben que economía pensaba llegar a ocho en varios meses, pero que convalidó la corrida especulativa contra el peso porque no tiene reservas suficientes), hablan de la inflación cuando los números del IPCnu indican que en marzo y abril está fuertemente desacelerada con la situación cambiaria estabilizándose.
Palabras huecas donde esconderse.

Si quieren hablamos de economía, pero no creo que tengan argumentos serios para sostener que Massa, Binner o Macri manejarían la crisis de manera de que los que vivimos de nuestro salario nos perjudiquemos menos. Tengo una lista de críticas a decisiones del actual gobierno, algunas de las cuales las hago públicas en este foro, pero no encuentro verdad en ninguna de las pretendidas razones -falacias sin sustento- para justificar un paro contra el gobierno, con el beneplácito de los sectores conservadores, no sólo del sindicalismo, también bajo el aplauso cómplice de la Sociedad Rural.

Como sucede habitualmente, me gritarán, escribirán en mayúsculas, descerrajarán todo tipo de imprecaciones, abusarán del argumento ad hominem, pero argumentos basados en datos duros dudo que me den.




Somos construyendo, en la percepción, con la búsqueda y en las creencias del corazón. Somos cuando estas creencias son transmutadas en creación —hechos propuestas activas— regidos por el criterio arte técnica de la experiencia. Esto para proponernos prensarnos y crearnos a nosotros mismos.
A esto se le dice estar vivo.
(Sergio Verduzco)

miércoles, 2 de abril de 2014

Nos tocó en suerte una época extraña

No bombardeen Buenos Aires cantaba la sociedad argent(in)a mientras la vida continuaba.
Los pibes iban a la guerra, la selección al mundial.
El torneo de primera continuaba, al final lo ganaba Ferro.
Chocolates y atados de cigarrillos se amontonaban, mientras los pibes los esperaban.
Yo estaba haciendo la colimba, cruzando los dedos para quedarme en Buenos Aires, donde todos pedían:
¡No bombardeen Buenos Aires!

Los que estamos vinculados con la guerra, incluso los que nos pasamos toda la guerra con los dedos cruzados para que no nos manden al combate, vestido de militar, hoy decimos en voz alta, como siempre:
¡Las Malvinas son y serán argent(in)as!


Si bien no refiere estrictamente al tema, mientras la presidenta de todos los argen(in)os daba su duscurso en conmemoración del día de los caídos en la guerra de Malvinas, leí algunos amigos cuestionar sus palabras. Una hora después, mientras seguía argumentando sus posiciones, pensé:
Si una hora antes de que termine de hablar, ya me decís que estoy equivocado, si cuando aún no terminé de explicar porqué creo en lo que creo, porqué entiendo lo que entiendo, ya decidiste que no tengo ninguna posibilidad de tener razón, permitime que te diga que aún te falta crecer.
A vos, mucho más que a mí...




Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel. Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen. El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.
(J.L.Borges.)

Queremos que los dinosaurios terminen de desaparecer

Ya va siendo hora de que los dinosaurios terminen de desaparecer. Definitivamente.
Porque, tal y como he leído en las profundidades de la red: "Ellas no lincharon a nadie. Lucharon 30 años para ver a los asesinos de sus hijos en la cárcel".

Como es evidente, los que proponen como método apalear a rateros en patota, o llanamente matarlos, se convierten en ese mismo acto ellos mismos en delincuentes; entonces, y aplicando la misma lógica: ¿otros podrían salir en patota y apalearlos a ellos? ¿O sin más trámites matarlos?
Si somos tan idiotas como los idiotas: ¿deja de ser mala la idiotez?
Ser tan idiotas como los idiotas no convierte la idiotez en buena. Ser tan asesino como los asesinos no convierte el asesinato en bueno. Ser tan delincuente como los delincuentes, no convierte el delito en bueno.

Defender las palizas en patota es defender a delincuentes, porque eso señores míos, es un delito. Y aún más condenable y menos defendible es el delito derivado de estas: el asesinato.

Algunos de nosotros somos mejores que los delincuentes: tanto de los cobardes que apalean en patota, como de los que asesinan en banda, y los que afanan carteras de dama y billeteras de caballeros.
Porque una cosa es clara para cualquiera con dos dedos de frente, un mínimo de sentido común y de decencia: bien diferente es defenderte de una agresión, lo que constituye la legítima defensa, a agredir a un indefenso en patota, que como ya hemos visto, ni siquiera saben si éste es realmente el culpable de sus pesares.

Y tengan cuidado damas y caballeros que adoran los delitos cometidos en banda, y admiran a estas bandas, un día pueden ir a golpear su puerta.
Ese día será tarde...




¿Qué somos a lado de la vida? ¿Cuánto significamos comparado con la inmensidad del universo? Somos una diminuta parte del cosmos, pero tenemos la capacidad de dejar una huella imborrable. No somos nada a comparación del mundo, pero podemos ser todo para otras personas. La profundidad de la vida nos demuestra cuan frágiles somos, pero también nos da amistades en las cuales apoyarnos. Somos seres endebles, pero nuestra debilidad nos hace crecer. Vivimos una vida solitaria acompañados de una infinidad de seres. Seguimos el ciclo de la vida: nacer, crecer y morir. Sin embargo nuestros recuerdos van más allá.
¿Frágiles? Definitivamente.
¿Débiles? Seguro.
Pero son estos “defectos” los que nos llevan a la superación. Así, somos fuertes en estas limitaciones. No huyamos de ellas, aprendamos a su lado, porque sin ellas, no hay vida.