jueves, 10 de abril de 2014

Somos construyendo con la búsqueda

En mi condición de laburante, no sólo he participado, sino que he liderado paros en la defensa de los derechos de mis compañeros, y naturalmente de los míos propios. Sin embargo no adhiero, ni adherí nunca, a paros cuya motivación es político-electoral, aún entendiendo que todo paro es político, y que naturalmente todos tenemos derecho a hacer política según nuestras convicciones; pero convendremos que una cosa es hacer política a partir de la lucha sindical, y otra bien distinta es hacerlo con un sentido electoralista, y por tanto, partidista.
De modo que el próximo jueves, sepan que no me van a convencer de que vote a Massa, ni a Macri, ni a Altamira.

El jueves, yo junto con millones de trabajadores argent(in)os intentaremos acudir a nuestros trabajos, intentaremos humildemente ejercer nuestro derecho al trabajo. Si un grupo de fascistas nos corta las calles para que, ejerciendo violencia, no podamos ejercerlo con absoluta libertad, pretendiendo inmovilizarnos mediante el miedo, o si de algún modo nos impiden desplazarnos, me reiré en la cara de todos y cada uno de los que pretendan imponer "el relato" de un paro exitoso.

Estuve escuchando la propaganda del paro que en los canales de televisión hacen los sindicatos convocantes: les quería decir que paritarias hay desde hace unos diez años, que yo sigo sin pagar impuesto a las ganancias toda vez que no pertenezco a la élite de los trabajadores, y que es la primera vez en mi vida que escucho que la inseguridad es motivo de un pretendido paro general (hasta aquí siempre había sido motivo de marchas de clases medias asustadas).

Francamente sólo escucho palabras vacías: hablan de ajuste porque quizá, tal vez, este año por primera vez en una década los salarios podrían perder un dos o un tres por ciento frente a la inflación de bolsillo (no frente a la estadística, por cierto); hablan de devaluación cuando todos sabíamos que el tipo de cambio estaba atrasado, lo que empezaba a perjudicar seriamente a algunas economías regionales, y que por tanto había que sintonizarlo (y todos saben que economía pensaba llegar a ocho en varios meses, pero que convalidó la corrida especulativa contra el peso porque no tiene reservas suficientes), hablan de la inflación cuando los números del IPCnu indican que en marzo y abril está fuertemente desacelerada con la situación cambiaria estabilizándose.
Palabras huecas donde esconderse.

Si quieren hablamos de economía, pero no creo que tengan argumentos serios para sostener que Massa, Binner o Macri manejarían la crisis de manera de que los que vivimos de nuestro salario nos perjudiquemos menos. Tengo una lista de críticas a decisiones del actual gobierno, algunas de las cuales las hago públicas en este foro, pero no encuentro verdad en ninguna de las pretendidas razones -falacias sin sustento- para justificar un paro contra el gobierno, con el beneplácito de los sectores conservadores, no sólo del sindicalismo, también bajo el aplauso cómplice de la Sociedad Rural.

Como sucede habitualmente, me gritarán, escribirán en mayúsculas, descerrajarán todo tipo de imprecaciones, abusarán del argumento ad hominem, pero argumentos basados en datos duros dudo que me den.




Somos construyendo, en la percepción, con la búsqueda y en las creencias del corazón. Somos cuando estas creencias son transmutadas en creación —hechos propuestas activas— regidos por el criterio arte técnica de la experiencia. Esto para proponernos prensarnos y crearnos a nosotros mismos.
A esto se le dice estar vivo.
(Sergio Verduzco)

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