domingo, 1 de junio de 2014

No te suicides comprando venenos enlatados

Diversas noticias se destacaron esta semana y profundizan los datos que invitan a pensar en que el futuro quizá no se parecerá a lo que soñamos, pero si mucho a lo que sospechamos.

Por ejemplo que Serguei Lavrov anunció a través de su cuenta en la red social Twitter que "Invitamos a la Argentina a una reunión en la cumbre de los BRICS en Brasil en junio", y acompañó el mensaje con imágenes del encuentro con Timerman. Lavrov explicó que "en el viaje de Vladimir Putin a América latina, habrá una oportunidad para reunirse con Cristina Kirchner y otros presidentes".

Que el director del Instituto Bering-Bellinghausen, con sede en Montevideo y dedicado a intensificar las relaciones entre Rusia y América Latina, Hernando Kleimans afirmara que "Esto es un proceso. Cristina debe ser la presidenta sudamericana que más se reunió con Putin, se habrá reunido unas seis o siete veces", cuando también recordó que durante distintas cumbres y encuentros internacionales Argentina fue invitada por los países que componen los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en la redacción de su postura común sobre algunos aspectos. También hizo alusión a un informe elaborado en su momento por el banco BBVA en el cual se mencionó la posibilidad de que el concepto de los BRICS evolucione hacia las denominadas Eagle (Emerging and Growth-Leading Economies o Economías Emergentes de Alto Crecimiento). "En este estudio, cuando se analizo la lista que debería integrar el grupo de países de economías con alto crecimiento Argentina figuraba en los primeros lugares", resaltó.

Datos que debemos analizar sin sobresaltos, entendiendo la importancia de sumarse a los BRICS porque suman el 25% del PIB mundial, el 44% de la población mundial, y que los análisis de distintos bancos internacionales afirman que en poco más de una década China, India y Brasil estarán posicionados entre los 5 mayores PBI del mundo; y que India le discutirá a EEUU el segundo lugar en esa lista.

Los cinco países que componen el bloque BRICS crearan un banco de desarrollo con un capital inicial de 100,000 millones de dólares, que podría empezar a entregar préstamos en dos años con el objetivo de financiar proyectos de infraestructura en países en desarrollo, y la pretensión de ser una alternativa a FMI y al Banco Mundial.


Luego y casi con la misma importancia, tras intensas negociaciones, el gobierno argent(in)o cerró un acuerdo con el Club de París, para saldar la deuda contraída por nuestro país con estos países básicamente en la última dictadura cívico-militar y la etapa neo-liberal que compartieron entre Menem y De la Rua.
Tal y como comentaba en 2008 en la CNN el economista Pablo Tigani, en aquel momento Cristina Fernández impulsaba con Sarkozy cerrar este tema que nos impedía recibir financiamiento para inversiones y se calculaba en unos 6000 millones de dólares.
Casi 6 años después, la misma CFK insistió en una reunión con el presidente francés, esta vez Hollande, para que se destrabe este tema, lo que motivó que el ministro de finanzas francés, que curiosamente se apellida Fernández, impulse personalmente la firma del acuerdo en términos muy favorables para Argent(in)a como un aliado imprescindible de Kicillof.

Como bien señala Aldo Ferrer: "El acuerdo es muy bueno pero hay que recordar que Argentina depende del ahorro interno", dijo y agregó: "Hay que descartar dos fantasías: que vamos a tener una avalancha de dólares y que la inversión viene siempre de afuera".
En los meses previos distintos economistas de diversa filiación partidaria, políticos y periodistas sin ningún rigor hicieron ampulosos pronósticos sobre el fracaso de esta negociación, quienes ante la evidencia de su fracaso analítico luego no salieron a reconocerlo, incluso algunos con la misma boca destacaron los beneficios de dicho acuerdo.


En este marco, y ante la seguidilla de encuestas que se están publicando en los últimos días, comprobamos que tal y como analizamos luego de las elecciones 2013, el escenario que se consolida es el de cuatro espacios, en el que la mayor fuerza electoral, aunque insuficiente, pertenece al FPV, y en el que todos los espacios se verán obligados a coquetear con el electorado del otro para la segunda vuelta, lo que explica muchas de las bombas de humo que se lanzan en estos días.

Hace menos de un año tuvimos una elección legislativa que nos define la dimensión de cada espacio. Mi supuesto es que el FPV obtendrá entre un 35% y un 40%, y dependerá de la veleidad natural del electorado, y de quién sea el segundo, para saber cómo se suman los votos en una hipotètica segunda vuelta.
Creo que finalmente se consolidarán las alianzas en función de una lógica política (la real, no la que declaran los distintos políticos de estos espacios), es decir, los liberal progresistas por un lado, los liberal conservadores por otro, los socialdemócratas por otro, y las expresiones minoritarias de extrema izquierda por otro.

En ese esquema, me parece que el FPV tiene preeminencia, siempre que comprenda que si hay un proyecto, un camino, y lo de menos es quién encabeza. Según yo lo entiendo, da lo mismo quién encabece la lista, porque lo que tiene que estar claro es cuál es el proyecto, si lo hay, y cuál la táctica para que la estrategia se corone de manera exitosa. Desde mi mirada, lo importante es que se siga de manera inteligente consolidando la situación económica, para que luego de un período que podríamos definir como sanitario, se vuelva con fuerza a seguir avanzando en el camino elegido. Como bien dijo Don Vladimir Lenin: suele ser necesario dar un paso atrás, para después poder dar dos hacia adelante. Las batallas que no es posible ganar, mejor es que no se transformen en victorias pírricas. A veces conviene juntar fuerzas para la siguiente batalla. Sé que suena muy poco romántico, pero luego de la épica, quizá llegó el momento de la táctica y los tiempos.

Luego la derecha sería quien logre entrar en el ballotage, siempre que consoliden sus espacios el viejo PJ conservador, que hoy tiene como espada a Massa, en conjunto con el PRO, entendiendo que ambos no se suman porque en los votos de Massa hay algunos que no son liberal conservadores, por lo que volverán al FPV o fugarán a FA-Unen. Y finalmente sospecho que si el FA-Unen se consolida como fuerza liberal progresista puede terciar en la elección, incluso aspirar a ser segundo, siempre que ajusten sus fuertes contradicciones internas, toda vez que incluye sectores claramente liberal-conservadores que claramente estarán más representados por otro espacio.

En segunda vuelta imagino que pierde el FPV en cualquiera de los dos escenarios. Sin embargo quedará consolidado como la primera fuerza parlamentaria, con un inmenso poder de negociación, lo que marca con claridad que es una falacia el pueril relato del "fin de ciclo", más bien es un deseo, y explica porqué los movimientos políticos permanentes que buscan romper la dinámica político económica, porque necesitan que todo explote antes de eso, para que el kirchnerismo no gane nuevamente en 2019 y continúe el proyecto inconcluso.

Para acertar en el pronostico sobre el resultado final sospecho que habrá que hacer diagramas de Venn, sin equivocarse en la decisión de qué incluye cada espacio, para intentar entender qué suma y qué resta.
Claro que, a 18 meses de las próximas elecciones, todo puede pasar.


Imagen: Street Art by Bansky




...el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.
(Gabriel García Márquez)

No te suicides comprando venenos enlatados. Mirá alrededor con mirada limpia, y que sea lo más tuya posible.
Y llamemos a las cosas por su nombre. Si a los que se creen antisistema por hundir tras unos trazos el esfuerzo del otro los llamamos artistas, entonces llamemos amor al sexo.

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