martes, 15 de julio de 2014

No rechaces los sueños por ser sueños

He visto muchos partidos en los que jugó mal Maradona, o el Enzo, o Zidane; de Pelé o Don Alfredo no hablo porque a esos no los vi, pero me imagino que han jugado mal tantas veces como ellos.
Esto es fútbol y es en donde más aplica aquel paradigma de que las opiniones son como los culos, cada uno tiene una, y cree que es la única que no huele mal.

Lo que sí sé, es que si Argentina jugó la final, básicamente se debe a que lo tenemos a Messi en la selección, porque objetivamente sin Messi no pasábamos de octavos; o quizá sí, y nos quedábamos en cuartos.
Después está la final, en la que todos decimos que mereció ganarla Alemania porque la ganó, pero la ganó recién en el minuto 113, y sucedió básicamente porque Garay se quedó sin piernas, porque media hora antes baja sin dudar a cerrarlo por si acaso al enano ése.

Y como opiniones tenemos todos, yo digo que éste, es el tercer mejor mundial que vi jugar a Argentina. Después del '78, el '86 y el 2014, están en mi opinión el '94 (no por el mundial porque fue un desastre sino por el proceso, porque estoy convencido que si no hubiéramos cometido el enorme error de llevar a Maradona ese año éramos campeones), y el 2006, porque al igual que este año había un equipo y una idea (quizá le faltó el compromiso a algunos jugadores, el mismo que tuvieron TODOS los que fueron a Brasil). No vi el del '30, pero del `78 para acá los vi todos, y como existe el video los volví a ver a todos. Además de que las estadísticas de la FIFA del mundial Brasil 2014 dicen claramente que la selección argentina fue la que menos faltas cometió, y la que más recibió.
Y esto se debe gracias al equipo en primer lugar, al grupo que se armó, que contribuyó evidentemente el técnico a formar, y naturalmente a los cracks que hay en el equipo, con Messi y Macherano a la cabeza. Y Garay, y Biglia, y una larga lista que todos los que se hacían los langas y la jugaban de escépticos después elogiaron. Claro, Messi venía de un año malo, y jugó para siete (7) y no para diez (10) como en los anteriores, pero aún así en cuartos frente a Bélgica se sacrificó por el equipo, como en la semifinal frente a Holanda, sin chistar, como el valiente jugador de corazón caliente que es. Como Higuaín, como Lavezzi, como Di María, como todo el equipo. Todos jugaron como tenían que jugar, por el equipo.

En fin, que para gustos colores. Pero en el fútbol hay algo objetivo, que son los resultados. Al objetivo final se puede arribar por muchos caminos, algunos me gustan más que otros, pero todos son válidos (mientras no quiebren el límite de la ética). Y jugar una final, y haber estado a punto de ganarla, objetivamente, parece insensato no darle un enorme valor.

Por suerte tenemos a Messi, a Mascherano, a Sabella, a Garay, y a todos los que viajaron a Brasil y lo dieron todo para que disfrute de un mundial como hacía 28 años no disfrutaba.
Yo les digo gracias, a todos.




No rechaces los sueños por ser sueños. Todos los sueños pueden ser realidad, si el sueño no se acaba. La realidad es un sueño. Si soñamos que la piedra es la piedra, eso es la piedra. Lo que corre en los ríos no es un agua, es un soñar, el agua, cristalino. La realidad disfraza su propio sueño, y dice: «Yo soy el sol, los cielos, el amor». Pero nunca se va, nunca se pasa, si fingimos creer que es más que un sueño. Y vivimos soñándola. Soñar es el modo que el alma tiene para que nunca se le escape lo que se escaparía si dejamos de soñar que es verdad lo que no existe. Sólo muere un amor que ha dejado de soñarse hecho materia y que se busca en tierra.
(Pedro Salinas)

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