sábado, 9 de agosto de 2014

Fantasma viejo y roído

Leemos en DiarioFull:

El apropiador de quien fuera el bebé Guido Montoya Carlotto era un destacado vecino de Olavarría. Un hombre con fuertes relaciones con el poder político y empresario de esa ciudad. Periodistas de Radio Rivadavia primiciaron señalando que el apropiador pertenecía a la Sociedad Rural de Olavarría, una de las seccionales más fuertes y emblemáticas en el mosaico de esa entidad a nivel nacional.

- "Pueblo chico, infierno grande. La misma ideología, las mismas relaciones, los mismos intereses. Si van por ahi, algo pueden llegar a encontrar", insistió el confidente mientras ojeaba delante de Diario Full la causa Moreno en la que se ven imágenes que, pese al tiempo y la borrosidad de las fotocopias, todavía estremecen.
Estela Carlotto se ha ocupado por estas horas de "proteger" a Clemente y Juana Hurban, los peones rurales que criaron a Guido. Vivían en un campo del pueblo de Loma Negra, el pueblo cuya fundación fue inspirada en Luciano Fortabat y en su cementera. Si hasta llegó a tener un equipo de fútbol que estuvo a punto de subir a primera división y en el que descollaron, entre otros, Charly Carrió. Así el poder de Amalita, así el poder de Loma Negra. Así el poder de Olavarría y sus vinculaciones con una de las dictaduras más sangrietas que conoció América Latina.

El apropiador que tomaba whisky caro en el salón de reuniones de la Sociedad Rural de Olavarría y que, uno se imagina, una noche golpeó la puerta de la humilde casita de sus peones Clemente y Juana y les entregó un bebé, murió hace dos años.
Después de la muerte de ese hombre, el destacado músico Ignacio "Pacho" Hurbán, decidió hacerse un ADN para conocer su verdadera identidad.

Una de las preguntas que la jueza Servini de Cubría le hará seguramente a Guido es si conoció, en su infancia o juventud, a ese hombre. Un hombre de la Sociedad Rural que por lo visto sabía y podía conseguir bebés en aquellos años de plomo.
Y que quizá se ha llevado a la tumba secretos valiosos. Para Guido y acaso para los otros 400 nietos que faltan restituir.




No se han cerrado las puertas ni las heridas de antaño. Fantasma viejo y roído, capullo de los rosarios cuando se postran las sombras detrás del abecedario; si lapidando al poeta se cree matar la memoria, que más le queda a esta tierra que va perdiendo su historia.

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