viernes, 13 de febrero de 2015

La luz se va con el tren silbando

La noticia es: "La renovación integral de la Línea Mitre"

La línea completó el lunes la renovación de todo su servicio al poner en funcionamiento los coches cero kilómetro del ramal Mitre, que se sumó a los ramales de Tigre y José León Suárez, renovados en noviembre y enero respectivamente.


Con los coches viejos prefería viajar en tren y caminar un poco antes que agobiarme viajando como ganado en el subte o el colectivo.
Ahora que los coches son muchísimo más cómodos, y encima tengo en mi celular la aplicación oficial "Trenes en vivo" que me dice exactamente cuánto falta para que llegue el tren a la estación, no creo que haga falta que explique porqué estoy contento con esta noticia, ni que adjetive acerca de esto.

La alegría de viajar como dios manda no me la quita nadie.

La alegría de vivir desde desde hace 2 años y medio nuevamente en mi país, con mi familia y mis amigos, mucho menos.
Y la de que me vaya mejor que nunca tampoco. Y no sólo a mí, a todos los que le iba mal como a mí cuando tuve que elegir emigrar en el 2002.

Después vienen los relatos, de los que viven en la revolución del amor, y los que viven en la profundidad de un pozo de estiércol.
Sabrán perdonarme que no me entusiasme con sus partidos. Yo me entusiasmo con los míos, los que juego en mi pequeña cotidianidad.




La luz se va con el tren silbando, enrollada en humo, apenas si en las colinas unta un brillo. ¡Ay! Y nos vamos pensando lejos, con el tren silbando, sin movernos ni cansarnos. ¡Ay! Y nos vamos pensando sin volver adonde estamos. Se mueve en el cielo un aire cenizo, lento. Se mueve un aire sin aire. Nos moja, al correr, un agua oscura y tibia. Nos moja un agua sin agua. Y el corazón se apresura o, quién sabe, se detiene oyendo el silbido que raya largo, de punta en la pizarra y nos deja un calosfrío de infancia... Así, robando la luz, seguimos sin llegar y sin partir..

(Oliverio Girondo)

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