martes, 31 de marzo de 2015

Calle larga y silenciosa

Insisto: el impuesto a las ganancias tiene un nombre que permite frases falaces e infantiles tales como "el sueldo no es ganancias". El impuesto a las ganancias se llamaba réditos, hasta que en 1974 se le cambió el nombre y habilitó estás tonterías de cuestionarlo por el nombre.

Antes de hacer declaraciones acerca del impuesto a los ingresos, les sugiero que investiguen un poco cómo se hace allende las fronteras.
En España, donde viví diez años, entre el 2003 y el 2012, se llama IRPF. Lo que se grava es el ingreso, no el salario.

Tenemos una propensión insensata a emitir opiniones, o posicionarnos en temas trascendentes tales como la estructura impositiva, en función de cómo me cae el gobierno de turno. Estos temas trascienden a los gobiernos; no hay que actuar neciamente: los malos gobiernos pasan, las buenas leyes quedan.

En el caso que nos ocupa: podemos discutir estirar las escalas del impuesto, es verdad que habría que ajustarlas teniendo en cuenta la inflación, pero discutir el impuesto es cuanto menos insensato. En España, como en todos los países europeos, el impuesto a los ingresos recauda mucho más que acá, y el porcentaje de personas incluidas es mayor. Se empieza a pagar desde antes. En los países más avanzados, más democráticos económicamente hablando, el tipo máximo es mayor, y a eso debemos apuntar, a que no quede en el 35%, ampliarlo al 40/42%.

Pero es claramente el impuesto más progresivo, más justo. Injusto es el IVA, en el que paga más el que menos gana.
La recaudación por ganancias, cuarta categoría, para el año 2014 fue de aproximadamente 110.000 millones de pesos. La recaudación por el IVA fue de 330.000 millones de pesos.


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Cristina Fernández gobierna desde hace 7 años y poco más. En ese tiempo, con el de hoy, hubo 4 paros generales.
Ciertamente, estos paros sólo tuvieron "éxito" a fuerza de piquetes y ausencia total de transporte público. Por el contrario, el último, al que no adhirió la UTA, tuvo escasísimo acatamiento.
Todos reclamando por ganancias, lo que afecta al decil superior de los asalariados. Esto no hace más que confirmar que no nos va tan mal.

Recuerdo aquellos años cuando parábamos tras las consignas: paz, pan y trabajo...

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Escucho a algunos cuestionar el paro diciendo que es político, y quería decir que esto me parece una tontería suprema. Todos los paros generales son políticos.
Éste, al igual que los últimos realizados por un grupo minoritario de gremios, es cuestionable porque es partidista.
Ojalá fuera político, así nos plantean qué propuestas superadoras tienen.

Probablemente nos pondríamos de acuerdo, y las reclamaríamos todos juntos.


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En mi caso personal, sigo sin pagar ganancias, es decir que aún no formo parte de la élite, del decil superior de los asalariados.
Por consiguiente, si quieren que yo apoye un paro, que éste convoque a que todos ganemos tanto que todos paguemos ganancias.



Imagen: Arte callejero, por Banksy.




Es una calle larga y silenciosa. Ando en tinieblas y tropiezo y caigo y me levanto y piso con pies ciegos las piedras mudas y las hojas secas y alguien detrás de mí también las pisa: si me detengo, se detiene; si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie. Todo está oscuro y sin salida, y doy vueltas y vueltas en esquinas que dan siempre a la calle donde nadie me espera ni me sigue, donde yo sigo a un hombre que tropieza y se levanta y dice al verme: nadie.
(Octavio Paz)

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