domingo, 26 de julio de 2015

Yo ya te amé cuando el amor era una hoja blanca

Ocho de cada diez argentinos creen que el Estado debe ser el principal responsable de asegurar el bienestar de la gente. Y lo llamativo no es que ésa sea la opinión de quienes votan por el Frente para la Victoria (FpV) y están a favor del continuismo, sino que en una proporción igual (81 por ciento) opinan los que están a favor del cambio, los llamados cambistas, los que en principio se inclinarían por la oposición. Datos como éstos explican el súbito travestismo de Mauricio Macri, cuyo frente se llama Cambiemos, pero que de manera sorpresiva respaldó algunas de las políticas emblemáticas del oficialismo, como la estatización de Aerolíneas, YPF o las AFJP. En un notable estudio sobre índices que tienen que ver con la ideología de los argentinos, la consultora Ibarómetro preguntó sobre el papel del Estado, si deben seguir los juicios por crímenes de lesa humanidad, con quién debe aliarse internacionalmente el país, cuánta presencia debe tener el Estado en la economía, qué es exactamente la libertad y el acuerdo o desacuerdo con el matrimonio igualitario, la despenalización de drogas, el aborto y la política frente a la inseguridad. Sobre la base de las respuestas, Ibarómetro midió el sentido ideológico de los argentinos y concluyó que, en una escala donde cero es la derecha y diez es la izquierda, los ciudadanos se ubican en 5,9, es decir, más del lado de la centroizquierda. Es evidente que la movida de Macri obedece a que no quiere ir tan contra la corriente, porque buena parte de las respuestas que van en línea con el pensamiento de centroizquierda son mayoritarias incluso entre sus votantes. Y ni hablar entre los indecisos, a los que Macri necesita captar para alcanzar a Daniel Scioli.

Las conclusiones surgen de un amplio estudio nacional de opinión pública realizado por Ibarómetro, la consultora fundada por Doris Capurro y que hoy conduce el sociólogo Ignacio Ramírez. En total, fueron entrevistadas 1200 personas en todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. Las encuestas telefónicas se hicieron bajo normas ISO 9001:2000. - Elecciones e ideología. “Nuestro estudio permite vincular dos dimensiones –señala Ramírez–. El plano visible del voto y el subsuelo invisible de valores y orientaciones ideológicas que explican, muchas veces, las preferencias políticas. Hay una primera cuestión que tuvimos en cuenta, la de que la gente se defina como continuista o cambista. Desde hace rato hay una suerte de empate, que se hizo fuerte hacia el cambismo a raíz de la muerte de Alberto Nisman en enero. Hoy, poco a poco, se ha ido deslizando levemente hacia el continuismo, que reúne al 49 por ciento de los encuestados frente al 47 por ciento de los cambistas. De cualquier manera, debajo del empate hay una constelación ideológica que marca una tendencia y su rasgo más saliente consiste en la extendida inclinación en favor de un Estado fuertemente activo.”

Desde el punto de vista electoral, la situación de empate no es tal. La ventaja de la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini se explica en que es la única que representa, en forma explícita, la alternativa de continuismo, mientras que del otro lado hay distintas opciones. El voto se divide en el cambismo e incluso se ubican de ese lado candidatos como Sergio Massa o Margarita Stolbizer o la izquierda, cuyos valores respecto del Estado y otras preguntas están muy lejos de la alternativa PRO. Esto es lo que marca el contenido de buena parte de las respuestas de la franja de cambistas.
El perfil pro Estado no sólo se nota cuando se pregunta por el papel en el bienestar de la gente, sino directamente cuando la referencia es a la economía: el 71 por ciento de los ciudadanos cree que debe haber una fuerte intervención del Estado. Pero esta tendencia también está en los cambistas: el 61 por ciento, es decir una clara mayoría, se pronuncia por una activa intervención del Estado en la economía. Los que están en contra son pocos: apenas el 31 por ciento de los cambistas. Esto echa luz sobre la voltereta de Macri el domingo: decir que Aerolíneas, YPF y la administración de las jubilaciones deben ser estatales sintoniza con el perfil de la sociedad en general e incluso con los votantes cambistas. También es un concepto generalizado el respaldo a la Asignación Universal por Hijo, que encaja dentro de esa definición de que el Estado se debe ocupar del bienestar de la gente. Hoy, existe coincidencia en las encuestas en que el líder del PRO viene corriendo de atrás y salió a buscar votos que no son los propios: los indecisos y los de otros candidatos de oposición. En gran parte de ellos está presente la ideología pro Estado y más hacia la centroizquierda, tal como lo demuestra el trabajo de Ibarómetro.

- Derechos humanos.
Hay otro eje del que Macri no se podrá correr y que explica por qué Scioli ya anunció que establecerá un Ministerio de Derechos Humanos. Cuando se le pregunta a la gente si los juicios por delitos de lesa humanidad deben continuar o no, una categórica mayoría de más del 70 por ciento afirma que los juicios deben proseguir. Pero incluso entre los que hablan de cambismo también son una clara mayoría –el 57 por ciento– los que sostienen que deben continuar los juicios por violaciones a los derechos humanos perpetradas durante la dictadura.
Es notable que los que se oponen, los que dicen que el próximo gobierno tiene que parar los juicios, son muy pocos. Menos del 19 por ciento cuando se toma en cuenta la totalidad de los ciudadanos. Y cuando la pregunta se hizo a los cambistas, es decir a los opositores, casi el 60 por ciento se pronuncia por continuar los juicios contra la mitad, un 30 por ciento que habla de pararlos.

- Centroizquierda.
“Lo que tiene de interesante el trabajo –señala Ramírez– radica en que pone en evidencia que las motivaciones electorales (cambio vs. continuidad) no descansan únicamente en consideraciones económicas, temas de agenda o aspectos ligados a la imagen de los candidatos. El virtual empate entre cambistas vs. continuistas refleja la presencia de dos hemisferios ideológicos en la sociedad argentina. Es decir, las motivaciones electorales descansan también sobre actitudes, valores e inclinaciones ideológicas. Considerando sus contornos generales, la sociedad argentina exhibe una fisonomía ideológica cuyo centro de gravedad se localiza en una zona céntrica escorada hacia valores de izquierda o progresistas. Además de la mayoritaria posición estatista, aparecen otros valores que también consiguen adhesiones dominantes, tales como el matrimonio igualitario. Es cierto que todo promedio esconde contrastes, enmascara desacuerdos y desde ya que hay miradas divergentes entre los dos hemisferios ideológicos”.
“Si bien la ideología no es la única variable que interviene en el voto –concluye el titular de Ibarómetro–, el estudio demuestra que, en contra de las tesis posmodernas sobre el fin de las ideologías, la persistencia de desacuerdos políticos basados en diferencias ideológicas, en valores distintos, dice mucho sobre el tipo de sociedad deseada. Esto es: los puntos de vista sobre el rumbo que debe tomar el país a partir de las elecciones de octubre están intensamente teñidos por componentes de carácter ideológico”.

Hasta los que piden cambio piden continuidad


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Promediando la campaña, veo que la mayoría de los spots publicitarios de casi todos los espacios políticos apelan a la sensiblería, a la catástrofe, al costado naif de algunos ciudadanos, al honestismo. Sin embargo, hay un espacio político que propone que hablemos de futuro, de trabajo, de producción, de educación, de salud, de mejorar lo mejorado. Algunos, con las ideas poco claras, prefieren plantear sueños sin bases. Otros, preferimos apoyarnos firmemente en la realidad, para desde ahí soñar. Si algo nos queda como experiencia vital de estos últimos años, es que para volar, en política, primero está la tarea de afrontar la realidad.
Los caballos galopan sobre tierra firme. Nuestros sueños también.
No nos confundamos, el futuro está hacia adelante.


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Respecto a la grosería de Mirtha Legrand, debo decir que me da absolutamente lo mismo lo que esta mujer diga.
Estamos en democracia, en absoluta libertad, tanta que por televisión se pueden proferir las faltas de respeto más salvajes, y al día siguiente seguir diciéndolas. Sobre todo tienen libertad absoluta los más acérrimos opositores al gobierno, lo que nos exime de toda explicación.
Lo que sí parece interesante destacar, es que a esta altura de la soirée, aún hay personas dispuestas a repetir estas groserías desprovistas de toda inteligencia, con el único objeto de mostrarse como opositores.
En 15 días hay elecciones, y en ellas el pueblo se expide sobre su voluntad. En las pantallas y en los pasquines se pronuncian salvajemente contra la continuidad del actual gobierno. La prueba máxima de libertad y democracia, es que aún así, o quizá precisamente por eso, el FPV es muy probable que vuelva a ser designado como el responsable de conducir los destinos del país.
No digo que se callen la boca, al contrario, sigan repitiendo estas groserías, es posible que sea la llave del éxito del FPV.


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Quería decir que me apena Julián Domínguez. Lo escuché extensamente, y es un candidato muy sólido. Y con un mirada muy interesante. Era un gran candidato a presidente, es un gran candidato a gobernador.
Pero al lado de Espinoza, aparece como un energúmeno. Y el energúmeno es Espinoza. Representa algo francamente negativo, que nos pone en camino a destruir el FPV como una expresión nacional, popular y democrática.
El que le puso este candidato a vice a Julián lo quería muy mal. O lo quiere muy bien a Anibal. No me quería pronunciar sobre esta interna, porque no me incluye, y porque sinceramente ambos candidatos me parecen buenos. Incluso me parece mejor, individualmente, Domínguez.
Ahora no me quedan dudas: estoy con el señor del bigote grande.




Yo ya te busqué cuando el mundo era una piedra intacta. Cuando las cosas buscaban sus nombres yo ya te buscaba. Yo ya te busqué donde empiezan los mares y los valles. Cuando Dios buscaba compañía yo ya te buscaba. Yo ya te llamé cuando solo la voz del viento sonaba. Cuando el silencio llamaba por las palabras yo ya te llamaba. Yo ya te amé cuando el amor era una hoja blanca. Cuando la luna amaba las otras cumbres yo ya te amaba.Siempre, desde la nieve de los tiempos yo, en tu alma.
(Celso Emilio Ferreiro)

NdR: Galicia me extraña. Tanto como yo a ella. Lo sé.

2 comentarios:

  1. Acuerdo en todo lo dicho. Le pediría a Scioli y sus colaboradores, que empiecen a consensuar con los gremios docentes, una fórmula de incrementos salariales, igual o mejor que la que generó, parece que el vice, A.B., y que se aprobó aplicar tanto a jubilaciones como a las asignaciones.
    Me parece un medio correcto para evitar las sempiternas negociaciones de fin de año que continuan en febrero, siguen con espasmódicos paros y perjudican a todos los involucrados.
    Siempre bellos los temas de literatura... poética.

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