sábado, 19 de marzo de 2016

Sentados a una larga mesa en carne viva

Escibió Martín Caparrós en su libro Argentinismos:
“Honestismo, sust. mas. sing., argentinismo: la convicción de que –casi– todos los males de la Argentina actual son producto de la corrupción en general y de la corrupción de los políticos en particular”.

La conclusión a la que llego, es que el reclamo de honestidad que se le hace a los funcionarios es absolutamente válido.
Cierto que en la mayoría de los países con los que nos sentimos cómodos, a diferencia del nuestro, se extiende a los grupos económicos, que es infinitamente más dañina, porque condiciona el acceso a los derechos sociales y económicos de la ciudadanía.
Sin embargo desvía el debate de la cuestión central: que es la economía, estúpido.
Es decir, si todos estamos indignados por la corrupción, sea ésta real o fabulada por los medios del poder, no discutimos la política económica, que es lo que nos debería interesar.
Así permitimos que de eso se encarguen los que dicen ellos que saben y no nosotros.

Nadie arguye que la corrupción no sea un problema grave.
Pero también es grave cuando se la usa para dar por clausurado el debate político, el debate sobre el poder, sobre la riqueza, sobre las clases sociales, sobre sus representaciones.
Dicen: "acá lo que necesitamos son gobernantes honestos", o: "la honestidad no es de izquierda ni de derecha".
Sin embargo, tanto como el presente, la historia nos demuestra con contundencia que lo que nos modifica la vida, en términos positivos o negativos, es qué ideología se aplica en la toma de decisiones.
Porque gobernar es administrar intereses, habitualmente contrapuestos.
Cuando se decide sobre cuestiones económicas o sociales, inevitablemente hay ganadores y perdedores.
Y lo que decide quién gana y quién pierde, es la ideología.
Como ahora. Como siempre.

Es ciertamente interesante este tema, porque en ciertos círculos, ante reflexiones similares a éstas, te sueltan un tsunami de palabras inconexas, como si tuvieran miedo, irónicamente, de abrirse con honestidad al debate.

-- ** -- ** -- ** --

Datos interesantes a tener en cuenta: mientras el actual gobierno apuesta todo a las inversiones extranjeras, al ingreso de capitales.
La inversión extranjera en América Latina básicamente tenía origen en EEUU y en España, pero éstas están en franco retroceso.
Las que hoy tienen una enorme vitalidad, productiva y financiera, son las Chinas.
Curiosamente, de momento, no ha tenido el gobierno del PRO una actitud positiva hacia China.
Como en todo lo realizado en estos cien días, pretende con posturas e imposturas marcar que lo que pasó (12 años de FPV) no sirvió para nada (Precios Ciudados, Ahora 12, Procrear), en lo que incluyen las relaciones internacionales.
Irónicamente esto le podría estar jugando en contra en su estrategia.
Imagino que ya se arrepentirán. Veremos si lo hacen a tiempo.


-- ** -- ** -- ** --

Roberto Lavagna comparó el acuerdo suscrito por Macri con el canje del gobierno de Néstor Kirchner:
"para resolver 90.000 millones de dólares se emitieron 35.000 y ahora para resolver menos de 5.000 millones, se emiten 12.500 millones. Las cifras son elocuentes".

Podemos decir que hay diferencias, no sólo numéricas. También en los porqués.
En 2005 Argentina estaba recién empezando a salir del fondo del abismo, y no tenía con qué.
Hoy, el actual gobierno deja en evidencia que eso cambió.


-- ** -- ** -- ** --

Ojalá en el gobierno lo escucharan más a Pinedo:
"Pinedo sostuvo que ´hay sectores del ultrakirchnerismo y del antikirchnerismo que lo único que quieren es la guerra y la descalificación y que el grupito que los rodea los aplauda'. Además, dijo que 'en el medio está el 95% de los argentinos que quiere que nos pongamos de acuerdo para resolver los problemas'"

Como dice Rottemberg: "...la grieta existió siempre, sólo que ahora tiene mejor jefe de prensa".
Tengo una teoría, sobre la que alguna vez escribí: la teoría de los cinco quintos. Es algo más del 5% referido por Pinedo.
Ciertamente la inmensa mayoría no somos ni dogmáticos ni sectarios. Sin embargo muchos de los que no son ni dogmáticos ni sectarios, tienen mucho temor a abrirse con honestidad al debate, a escuchar con franqueza al otro, al diferente.

Hay que decirlo: con Pinedo estábamos mejor.


-- ** -- ** -- ** --

Sé que va a sonar fuerte esto que voy a decir.
Observando el accionar del poder judicial brasilero, en particular de algunos jueces, Bonadío por momentos no parece un juez militante, casi parece sensato.
Y leyendo los editoriales de la prensa brasilera, el diario Clarín por momentos parece objetivo e independiente.
Dije por momentos.


-- ** -- ** -- ** --
No me preocupa tanto la prepotencia del poder como la complacencia de los insensatos.
Esto que digo tiene el mismo sentido que se aplica siempre en estos casos: sin el silencio complice de los ciudadanos el poder no nos podría aplastar.
Que esto nos quede como lección aprendida: cuando vuelva a gobernar el FPV, hay que aplicar el mismo criterio.
Tienen razón el PRO y sus defensores (UCR, Progresistas, Socialistas, Renovadores, etc): habrá que golpearlos con tanta intensidad y recurrencia comos sea posible. Hasta aplastarlos.
Ha quedado claro que lo de la república, las instituciones, la libertad de prensa, la libertad de expresión, el respeto a las opiniones contrarias a las propias, es un discurso para la galería.
Quedó absolutamente claro que no creen en nada de eso. En nada.


-- ** -- ** -- ** --

Te acordás cuando allanar las oficinas de cablevisión era atentar contra la libertad de expresión.
Ahora resulta allanar un canal de noticias, entre otros medios, es simplemente un procedimiento judicial.
Curiosidades del doblevarismo.


-- ** -- ** -- ** --

Muchos votaron a Macri porque soñaban con billetes verdes.
Será una didáctica ironía el preciso momento en el que empiecen a extrañar los evitas.





En la vereda de enfrente están los dueños de la verdad escriturada, los propietarios de la seguridad del ignorante; de este lado estamos nosotros, los dueños de las dudas sentados a una larga mesa en llamas.
Somos los que sabemos que no sabemos. Los que sabemos que no es luz esta claridad, que este permiso no es la libertad, que este mendrugo no es el pan y que no existen una sola realidad ni una única verdad.
Somos los hijos de los profetas, pero también hijos de aquellosa quienes los profetas maldecían; somos los que desafinan en los coros de los istas.
Somos los que confían en la marcha de la historia, sin darla por sobreentendida. Escépticos y optimistas, compartimos el pan de la duda, sentados a una larga mesa en carne viva.
Elia Hutoker

No hay comentarios:

Publicar un comentario