jueves, 19 de mayo de 2016

Aquel tiempo no lo hicimos nosotros

Hoy se vota la ley de protección del empleo que establece la doble indemización por los siguientes seis (6) meses.
Como ya dije, en mi opinión esta ley no parará los despidos, los que se producen por las recesión que genera las políticas del gobierno nacional, pero ayudará a los compañeros que se queden en la calle a aguantar más en un contexto en el que les será difícil volver a encontrar trabajo.
Si el gobierno llegara a vetar la ley: lo mínimo que debe suceder es que las mismas centrales sindicales que la reclamaron ante la difícil coyuntura, convoquen a un paro general por 24 horas.
Con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes.

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Decía Marx que el hombre no decide en qué tiempo vive ni las condiciones materiales en las que hace la historia, pero aún así actúa para hacer la historia.

No creo entender demasiado la dinámica política, ni los sinuosos artilugios de su devenir, supongo que algo mejor me defiendo con la economía.
Aún así, noto con claridad a los miembros del oficialismo desbordados. Improvisando sin mapa de ruta. Exagerando cada día más el peso de la herencia recibida ante cada cuestionamiento.

La epifanía que han tenido que los convenció de que les conviene que salga la ley para poder vetarla, total es una "ley k", se me antoja que se les va a volver en contra.
Primero porque el FPV electoralmente no es la minoría, es la primera fuerza: perdió en el ballotage, algo que muchos suelen olvidar. Segundo porque la ley no es del FPV, tiene origen en un reclamo de las centrales sindicales, entonces vetarla obligará a los sindicalistas, entre los cuales algunos no tienen muchas ganas de confrontar con el gobierno, a, precisamente, confrontar.

Y confrontar pondrá a las centrales sindicales al lado del FPV. Creían que todo sería fácil. Es verdad que la tenían fácil: una economía funcionando, desendeudada, sin conflictividad, era un escenario ideal para que la derecha consiga consolidarse como una alternativa de gobierno válida con sustento popular.
Pero tienen una problema insoluble: la ideología. Son neoclasicos, y creen en la fantasía del libre mercado. Y el mercado no es libre, está controlado por los dueños del capital a quienes sólo les interesa capturar toda la renta que les permitan.

Y no se olviden, las LEBAC son una bola de nieve en pleno crecimiento. No sólo porque frena en seco la actividad económica, sino porque condiciona el propio manual ideológico de este gobierno.

Veremos cómo sigue esto. Será intenso e interesante. Vertiginoso.
Algunos hicieron planes creyendo que tenían tiempo.
Y el tiempo no para.





Aquel tiempo no lo hicimos nosotros; él fue quien nos deshizo. Miro hacia atrás. ¿Qué queda de esos días? Restos, vida quemada, nada. Historia: escoria.



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